Un Soldado en Malvinas

El soldado argentino, hermano y compatriota, fue, a no dudarlo, el más sentido de los combatientes en nuestras islas. Pues el oficial, y el suboficial, sin subestimarlos, supuestamente profesionales, eligieron el camino castrense y pudieron estar habituados a esa vida y al combate. El soldado argentino, voluntario o convocado al servicio, fue "obligado", por decirlo así, a la vida militar, y luego, transportado, por el destino trágico, a la guerra. Sin embargo, la inmensa mayoría de esa tropa ciudadana, se comportó más allá de sus posibilidades y con el valor necesario para afrontar la emergencia. Sufrió hambre y la inclemencia del tiempo, las balas enemigas y, finalmente, la indiferencia de la sociedad urbana, cuando regresó a su vida civil. Quienes volvieron, no sabían cómo acomodarse nuevamente y no supimos, quienes quedamos en el continente, cómo recibirlos. Quienes quedaron en nuestras islas, serán recordados por siempre. A 38 años de la guerra, el tiempo, permite pensar. Por eso, esta exhibición, este recuerdo. A los muchos veteranos de guerra que fueron parte y que trabajan en el Sindicato de Luz y Fuerza Capital, a ellos nuestro abrazo fraternal; y el agradecimiento por los objetos que prestaron para la presente exhibición. Y extendemos, ahora, el saludo a todos los veteranos de todas las fuerzas y de todas las jerarquías que combatieron en nuestras islas.